Creo que es una de las palabras que ha sonado en mi cabeza desde que comencé mi maestría en Psicología. Al principio cuando les comentaba a las personas que iba a comenzar otra maestría me abrían los ojos y ponían cara de susto.
Desde que comencé esta travesía en el 2014 he tenido mi altas y bajas en cuestión de la motivación por parte de personas que eran cercanas a ti. Digo “eran” porque con el pasar del tiempo comprendí que esas personas no eran necesarias en mi vida, que debía de rodearme de personas que vieran el lado positivo de las cosas y las cuales te motivaran a seguir tus sueños.
Estos dos últimos meses han sido muy difíciles. He tomado decisiones que jamás pensé que tendría el valor de tomarlas con tal de seguir mis sueños y llegar a la meta. Han sido días y noches largas, donde la ansiedad y los nervios no han sido mis mejores aliados. Sin embargo, he contado con una red de personas que se han encargado de darme el apoyo y motivación necesarias para que llegue a la meta.
Solo me faltan par de meses para completar uno de mis sueños, el graduarme de mi maestría en Consejería Psicológica. Les confieso que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Me apasiona lo que estoy estudiando. El aportar un granito de arena para que una persona pueda ver el lado positivo de su situación o el que pueda afrontar sus problemas y encontrar una alternativa, me hace sentir llena de vida.
La semana pasada compartía con una de mis mejores amigas sobre la situación actual que vive nuestro país y llegamos a la conclusión de que vendrán días mejores. Que como pueblo debemos unirnos para sacar a nuestro país hacia delante. Nosotras estamos dispuestas a dar lo mejor para que así sea. ¿Y tú?
No dejes de creer en tus capacidades, lucha por tus sueños, rodéate de personas que vean el lado positivo de las cosas y nunca olvides esta palabra “POSIBLE”.
Por último, quiero agradecer a mi esposo Gil, mis padres Ismael y Minerva, mi hermana del alma Minelis, a esos amig@s que se convierten en herman@s Yaritza, Angelisse, Legna, Yoshira, Daniel y Giovanni, mi suegro Gilberto, mis compañeras de trabajo Ivonne y María, a mi segunda familia Cuca, Laura, Johan y Kathy. Gracias por su apoyo y palabras de aliento durante todo este tiempo. Por sus llamadas, oraciones, mensajes y abrazos. Sin ustedes el camino hubiera sido más difícil. GRACIAS!!!