El haber esperado más de dos meses una contestación que tanto anhelabas, pero que al final no fue la que esperabas. El poner todas tus esperanzas en algo que pensabas podría mejorar tu condición actual, pero al ver la contestación todo cambia. Cuando llega la respuesta te quedas paralizado esperando analizar la contestación y cuando te das cuenta que tendrás que seguir en el mismo lugar es entonces que las dudas comienzan a surgir y la tristeza comienza a llegar. Y no es que este dudando que Dios tiene algo mejor, pero como humanos que somos, tenemos sentimientos los cuales tenemos que afrontar. El estar triste no significa que deje de confiar y creer que Dios tiene un mejor plan para mi vida. Lo que significa es que tengo que seguir dependiendo de Él, que todo obra para bien para los que le aman. Que aunque en estos momentos no pueda entender el plan que tiene para mí, si puedo confiar que es uno mucho mejor que el que yo tenía pensado.
Solo puedo decir que tengo más de 10,000 razones para dar gracias a Dios y eso es lo que le da sentido a mi vida.
© 2013, Patricia Acevedo López